martes, 11 de mayo de 2010

Rock, nuevo, viejo, lo mismo o más bien la edad..

La verdad pecamos de ingenuos, nos faltó olfato, estábamos al centro y adelante en el escenario verde, justo entre la cabina de audio y el templete. Nos habíamos quedado a ver a Julieta Venegas (bajo protesta de mi parte) con la idea de guardar posición y estar bien colocados para el “Panteón Rococo”. Al inicio estábamos rodeados de niñas en sus diez y tantos o iniciales veintes, la mayoría de entre 45 y 50 kilos, muchas vestidas con colores brillantes. Cerca del final de Julieta el espacio empezó a menguar, líneas de carnales en sus pasados veintes e iniciales treintas, con pelos faciales dispersos, bigotes de aguacero o barbas cerradas, todos con peinados estrafalarios delineados con bastante gel o melenas un tanto polvientas cuya forma era amalgamado con el sudor del slam anterior, el de “Tijuana no”, comenzaron a tomar por asalto el perímetro. Las tonalidades de su indumentaria iba del negro, al olivo y al rojo, varias células cargaban en hombros el tapete que habían arrancado para lanzar gente por los aires, el espacio se seguía achicando sucumbiendo ante la altura y peso de los invasores de nuestra área vital circundante.

Para cuando apareció Panteón la presión ya era demasiada. Nos habíamos movido bastantes metros atrás por el continuo movimiento de las mareas de gente que se agolpaban a los pies del escenario. Éramos 4 hombres, dos de muy bajo peso, entre los que me cuento yo, y 2 más, apenas de complexión regular, el quinto elemento masculino era mi compadrito que no podría ayudarnos dado que su 1.30 de estatura lo ponía en clara desventaja frente a las hordas que nos rodeaban. Las chicas a “proteger” eran Elena y Valerie, quienes se acabaron protegiendo por si mismas. Salió el Panteón y el Dr Shenka entonó Cúrame, hitazo del disco A la izquierda de la Tierra editado en 1999, traté de ubicar las ruedas de slam alrededor para ver de donde iban a venir los golpes, noté que sólo éramos un pequeña isla en medio de un slam gigante. Cuando mi resistencia fue doblada por los empujones y le caía encima al compa sólo dije carcajeándome ¡Ya valió madre!

En mi corta experiencia, las dos primeras canciones son las peores, luego la banda se acomoda y se puede uno quedar de pie o estar seguro de donde pisa. Pasaron las 2 y la cosa había mejorado pero no por un decaimiento de los golpes sino por que nos seguíamos alejando involuntariamente del escenario, desplazados por quienes brincaban, empujaban y bailaban ska a nuestro alrededor. Dada nuestra evidente incapacidad de controlar la situación, reclutamos a otros compas de los alrededores que batallaban por proteger a sus chicas y los sumamos a nuestro círculo. Conseguimos estabilizarlo y en eso, la novia, amiga o hermana de uno de nuestros compañeros de valla, quien ya estaba instalada dentro de nuestro perímetro de seguridad, levantó codos y rodillas y declaró iniciado el slam de niñas. El perímetro compuesto por otros endebles hombres y yo simplemente ondulábamos hacia dentro y fuera de nuestra propia rueda sin control alguno de nuestras extremidades inferiores ni superiores. Había que resignarse, nadie iba a caer por que los cuerpos tan juntos de la concurrencia no daban chance de precipitarse al suelo.

Terminó todo, salimos por patas, con risas, pero también con ceño fruncido por incomodidad o estrés.

¡Ya estamos viejos! Soltó uno de mis acompañantes luego del un tanto fracasado intento de mantenerse en el centro del desmadre.

Yo no compartía la versión, más bien le buscaba explicaciones. En mi afán, desarrollé una teoría que tomaba sus argumentos de la fase aerobia y anaerobia que regularmente me fue expuesta en mis clases de biología de la secundaria. No es que estemos viejos, la cosa es que no nos la pasamos todo el tiempo en el slam, nos sentamos 1 hora y luego vamos corriendo para meter codazos y rodillazos y nos termina pasando como cuando hacemos un sprint súbito en vez de intentar correr un maratón a un ritmo constante.
Con mi punto pretendía convencer a todo el mundo de que la onda era meterse al slam todo el tiempo, idea que unánimemente fue rechazada.

Ya en la calma de mis dolorido y nostálgicos días subsiguientes me he percatado de que me duelen los brazos y las piernas, tengo marcas pardas en los hombros por haber cargado al compadre y moretones en el cóccix y los costados por el citado intento de hacer un perímetro de seguridad anti slam y mi posterior intervención en un rueda de golpeo voraz a mitad de SKA P.

Creo que no estoy viejo, recuerdo que sentí el mismo dolor a mis 18 cuando estuve 3 horas en la zona de slam permanente de un concierto conjunto de Panteón Rococó y Los Fabulosos Cadillacs. Esa vez no sólo tuve moretones, sino que estuve deshidratado por 3 días y la piel me ardía como cuando te quemas en la playa. Además nadie puede decir que el vigor físico se ha perdido a los 27. En teoría estamos mucho más maduros físicamente ahora que a los diez y algo.

Lo que si denota veteranía es la cerrazón. Aceptó que siempre he sido duro con los grupos de rock nuevos y generalmente los crítico argumentando que su concepto es demasiado buena ondita, muy conceptual y que difícilmente conectan con la audiencia. Los veo carentes de poder y liderazgo. Es otra época y luego no quiero entenderlo. Mi etapa de experimentación rockera estuvo dominada por grupos de mucho arrastre, todos con un delantero poderoso y ritmos algo frenéticos emparentados con el reggae, el ska, el dub y el hip hop. Se buscaba fuerza y personalidad, la constante era la crítica política, la rebeldía, y la incorporación de ritmos latinos. Ahora que lo pienso, creo que sonaba a todo menos a rock.

Nuestro rol como audiencia también era muy diferente, la pasividad era muy penada, el slam, los brincos, el canto colectivo y volar al escenario eran lo imprescindible.

Ahora, cuando se lanzan los festivales, busco en las listas a aquellas viejas bandas, varias son principales, unas por seguir con una carrera ascendente y otras por el mercado de la nostalgia que vende y mucho.

Lo que luego no recuerdo es que cuando fui a mi primer Vive Latino, muchos de los ahora famosos eran tan nuevos como los que ahora yo cuestiono, y de paso era los que más quería ver . Es más, en el primer festival, el de 1998, Control Machete, Resorte, Moltov, Sekta Core y el Gran Silencio eran los grupos de moda, tal y como ahora serían Quiero club, Los Abominables, Disco Ruido y otros tantos. Esas bandas del 98 compartieron escenario con otros de más trayectoria como Café Tacuba, La Lupita, Santa Sabina y la Castañeda, y leyendas como el Tri o Miguel Ríos.

En el 2000, Panteón Rococo acababa de editar su primer disco un año atrás, colocando dos sencillos que aún hoy en día son de los favoritos: La Dosis y Cúrame. Otro caso son los Auténticos Decadentes, quienes aparecieron en esa misma edición, tocando gran parte del mismo playlist entonado en la edición 2010 del Vive Latino ¡ A 9 años y medio de distancia! El caso de Los Decadentes es especialmente ilustrativo de la poca reinvención que luego exigimos los que ponderamos la nostalgia antes que todo. Los hits del grupo fueron parte de sus discos de 1989 y 1993, con algún otro sencillo más de 2003 y 2008. La etapa más prolija del grupo fue el inicio y las compilaciones y los discos en vivo han sido su fuerte en tiempos recientes. Lo raro es que tocando lo mismo avanzaron en notoriedad al grado que en 2004 se presentaban en el Hard Rock live y 4 años después cerraron el Vive Latino 08. En el 2010 siguieron mostrando su arrastre pero el horario ya fue a media tarde y ahora si sacaron nuevos temas, uno de ellos dedicado al Distrito Federal, que se explica plenamente considerando que el grupo ha ganado más fama en nuestro país que en Argentina, al grado de ser soundtrack de muchas “barras/´porras” Pumas y Americanistas.

Hay que dejar que los chavos de ahora armen su propia escena rock y que nosotros la apreciemos también. Los nuevos grupos han logrado otras cosas que tal vez los viejos buscaban reivindicar con sus acidas consignas. Es interesante ver que la música es ahora más diversa, se cuida más el arte en el escenario, la puesta en escena de la presentación en vivo y sobre todo existe una mayor diversidad en el tipo de gente que integra las bandas, gente más terrestre, más introvertida, más frágil, mucho más mujeres y mujeres comunes y corrientes que sólo evidencian talento. Eso es lo positivo y eso demuestra que el rock ha podido ganar espacios, incluir gente y hacer de la sociedad un ente más tolerante y abierto. Falta también que no se acomoden musical ni socialmente, que se comprometan con música y letras un tanto más profundas y que trasciendan para no ser parte del carácter desechable de nuestro tiempo. Falta sobre todo que sustenten su fama y popularidad en talento y no sólo en la renovada plataforma mediática que de forma mucho más accesible te expone a miles de personas mediante myspace, youtube, facebook y twitter.

También falta que las audiencias sean más exigentes y sepan diferenciar a una banda efímera de una trascendente. Apenas pegan 2 o 3 sencillos de alguien y los grupos se van a las nubes. He visto a Hello Sea Horse con un solo disco editado, abrirle su concierto a los Killers con un Palacio de los Deportes lleno hasta las lámparas, un Quiero Club con miles de personas en el VL10 gracias a 3 o 4 hits y un Empire of the Sun que con un disco, aclamado si, pero uno al fin, como encargado de cerrar el supuestamente más importante festival de Latinoamérica. Vi apenas el sábado a los Dears tocando un disco inédito en el Pasaguero y cómo varios asistentes extasiados balbuceaban letras que no se sabían y se jalaban los cabellos en un inexplicable ataque de euforia.

Me cuesta pensar que alguien se emocione al límite con THE DEARS, junto a una magra audiencia de unos cuantos cientos, con sonido pobre y con una canción desconocida. Cómo reaccionaría si viera a Peral Jam tocando Better man o a AC/DC con un estadio lleno entonando Highway to hell…tal vez no haría nada…tal vez si estoy muy viejo y no entiendo nada.

3 comentarios:

  1. Buen post... yo la verdad me la pasé bastante bien en el Vive, no conozco tanto la obra de Panteón Rococó (solo lo más popular), pero lo que escuché estuvo batante bueno y sobre todo se sentía que la gente hacía comunión con el grupo que es algo vital para que un concierto sea bueno... Los Auténticos también estuvieron buenos... y Ska-P, ufff, estuvo mejor, me gustó un chingo su parte y como ustedes se me perdieron y quedé solo, ahí si me metí a las profundidades de la masa humana y estuve brincando y chocando con los demás, hasta el momento en el que en el Vals del Obrero estábamos tomados de los hombros un chingo de gueyes, muy chingón... me emociono cada vez que recuerdo esa parte, jaja...

    De las nuevas tendencias, lo que yo he percibido, es que más bien los más jóvenes tienen como una actitud compulsiva de engrandecer a cualquier grupo que suene a rock y más si tiene una actitud "indie"... Antes estar a la moda requería ir a un antro, por ejemplo; hoy estar a la moda, para muchos, significa acumular el mayor número de boletos de conciertos no importando si se entiende al grupo que se está escuchando, si se asimila su actitud o si uno logra identificarse con su ideología, es más a veces creo que muchos ni siquiera se detienen a tomar una actitud crítica frente a los distintos grupos que van a ver, solo los ven y repiten su música porque está padre. Eso es lo que yo pienso que ha pasado Doc.

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  2. Es culpa de la audiencia, sin duda, como cuando ves a Coldplay con chavitos bien que sólo van a fumar por moda al Foro Sol. No es que estemos viejos, es sólo que antes un concierto era toda una experiencia, no había tantos foros, no había tantas opciones, tantos conciertos, tanta vida musical... y si había, no teníamos las posibilidades monetarias. Ahora, para la chaviza, un concierto no es más que un evento social adicional a su comprometida agenda para estar en la onda. ¡Ya no lo valoran! (Esa es mi justificación)

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  3. Me suscribo a lo que dice el otro enano, pido una disculpa por no haberte leído antes, y me cague de risa recordandote cayendo encima de mi diciendo: "ya valió madres"

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